Este fin de semana hice algo que no había hecho aún aquí en China. Ir al cine a ver una película china sin subtítulos en inglés. Salí bastante contento al haber entendido casi toda la película.

 La película en cuestión es “A chinese fairy tale” el supuesto remake del clásico “A chinese ghost story” de Tsui Hark con Leslie Cheung. Si nos ponemos a comparar ambos filmes, la nueva versión sale perdiendo sin ningún tipo de duda. Pero precisamente si no nos ponemos a comparar y la tomamos como una película a parte de wuxia y fantasía, nos encontramos con un producto destinado a todos los públicos y que nos recuerda a cuando el wuxia era un jugador importante en pantalla. Yo salí del cine hablando de “A bride with White hair” y “Mr Vampire”, así que algo bueno me tuvo que recordar la película.

 Es fácil alejarse de la versión de 1997, pues la propia película toma un camino bien diferente desde el principio. En esta crítica vamos a intentar compararla lo mínimo con el producto de Tsui Hark, pero no siempre vamos a conseguirlo.

 

 La historia se basa en el cuento de Pu SongLing del mismo nombre del siglo XVII. Pu SongLing se dedicó a recopilar cuentos al estilo de los Hermanos Grimm, así que no se puede saber de qué fecha es la historia original. Esta vez, el director Wilson Yip (Dragon Tiger Gate, Ip Man) se aleja bastante del cuento original para ampliar el número de personajes y sus historias.

  El monje budista y cazador de demonios Yan Chi Xia (燕赤霞)-Louis Koo- toma protagonismo desde la primera escena, donde vemos que en el intento de cazar a una bella  demonio -Liu Yi Fei-, acaba enamorándose de ella, pero teniendo que sacrificarla por algún motivo que desconocemos. Las frases “Los demonios y los humanos no pueden convivir” y “ella te olvidará, los demonios siempre olvidan” se repiten mientras Louis Koo clava un puñal ceremonial en la cabeza del demonio. Ese demonio es Liu Yi Fei, con el peinado que llevaba Joey Wang en la película original. Al final de la escena se nos presenta brevemente a otro monje taoísta en la lucha contra el demonio jefe.

 Saltamos al presente, representado por la barbita que lleva Louis Koo durante el resto de la película. Aquí nos encontramos ya con Ning Cai Chen (寧采臣)-Yu ShaoQun-, el protagonista, y aquí es donde notamos el bajón de calidad. Del Ning Cai Chen de Leslie Cheung, pasamos al desconocido Yu ShaoQun que no está a la altura del personaje. Durante toda la película la frase “¡Pero qué tonto es!” salió más de una vez de mis labios. Si tanto el personaje de la película original como el del cuento son ingenuos, cándidos, pero valientes cuando es necesario, en esta nueva versión el protagonista es directamente tonto. Lleva una sonrisa estúpida pintada en la cara de principio a fin que dan ganas de borrarle a bofetadas. El joven actor no parece cambiar de registro ni un solo momento en toda la película, lo que acaba haciéndose exasperante. Una vez pasado este arrebato, continuemos.

 Ning acaba en un templo acompañado de un guía u unos prisioneros para ayudar a un pueblo a buscar una fuente en las montañas embrujadas, ya que están sufriendo una gran sequía. El templo en cuestión resulta estar repleto de exuberantes jovencitas que seducen a los prisioneros y se los llevan a una sala común mientras Ning y el guía beben de la fuente sin enterarse de lo que pasa a su alrededor. Los prisioneros se encuentran con una orgía de jóvenes en celo que acaban sorbiéndoles la vida por los labios para pasársela a su jefa demonio a través de una especie de venas-cable que lleva enganchadas a la espalda. En este momento llega el monje taoísta y comienzo una gran escena de acción con muchos ecos de Buffy Cazavampiros en la que Louis Koo se carga a casi todas las jóvenes demonios con dos ballestas de disparo múltiple, y las demonios se deshacen en trocitos de luz. Dos de ella escapan de la matanza.

 Mientras esto pasa, Ning conoce a una bella joven llamada Nie Xiaoqian (倩女幽魂)-Liu YiFei- con la que huye al bosque tras ver al monje taoísta matar a una de las demonios que huía, y pensar que había matado a una joven inocente. El chaval nunca se fija en que la víctima se deshace en mariposas de luz y hace ruiditos extraños. Antes de que puedan huir el cazador de demonios reconoce a Nie Xiaoqian, pero ésta no da señales de saber quien es. Una vez en el bosque, escondidos en un árbol, XiaoQian se le insinúa de forma descarada, a lo que él responde dándole un caramelo. Sí, hasta que ella no empieza a desnudarle, el pobre chaval no se da cuenta que la chica con la que está le pide marcha (¡Pero qué tonto que es! Dije en este momento por primera vez). Ning detiene los avances sexuales de la joven desconocida hablándole de honor y esas cosas. Y así comienza la historia de amor, la demonio jamás se había encontrado con una “buena persona” que dijera que no, y le pica la curiosidad…

 Y una vez llegamos aquí, se levantan muchas preguntas ¿Por qué este demonio es igual que el del flashback del principio con el monje? ¿Por qué la jefa demonio es la misma que al principio si la habían matado? ¿Ning no se da cuenta que la tía es un demonio? Y otras cuantas que para resolverlas tenéis que ver la película, esto es una crítica, nos os voy a contar el final.

 En cuanto a actuaciones, aquí la película sí que deja mucho que desear. Ya hemos hablado de Yu Shaoqun, el protagonista masculino. Pero por su parte Louis Koo, que normalmente siempre está a la altura de sus papeles, aquí parece que actúe sin ganas, o que no esté cómodo en el papel. Por mi parte me quedo con Liu YiFei, que ha optado por una Nie ShaoQian menos sexualmente agresiva y más “chica de al lado”. A la película le falta la sensualidad de la anterior, pero lo cubre con la personalidad del demonio, menos triste y más curiosa por el mundo de los vivos, quizás debido a que en esta versión, a diferencia de la versión clásica, Nie XiaoQian no es un fantasma, sinó un demonio. Ella nunca ha estado viva, no conoce nada del mundo de los vivos aparte de lo que le hacen hacer sus hermanas, atraer a “mala gente” y robarles la vida para dársela a su jefa. De esta manera comprendemos mucho mejor la relación entre los protagonistas, y la forma en que Liu Yifei lleva adelante su personaje: un toque de chica mona con un pequeño toque de chica sexy cuando es necesario.

 La dirección tiene momentos sublimes, como las escenas de acción a las que se les perdona el excesivo movimiento de cámara, que en el fondo, es bastante típico del wuxia de temática fantástica, y otros momentos algo olvidables, como las escenas rodadas en el pueblo.

 Para los fans de la película anterior queda poco, el trasfondo de lo historia original, la coletilla que repite el monje en versión original (“¡bei!”) y el tema de la película original, esta vez cantado en mandarín. Cabe decir que los protagonistas de la película original fueron invitados a la premiere, y ninguno aceptó la invitación, así que suponemos que no ha sentado muy bien en el mundillo que se haga un remake de un clásico tan importante, pero lo dicho, por mi parte, me lo tomo como una película aparte.

  En general, la película es entretenida, y no defraudará a los fans del género, que con las pocas novedades que hemos tenido en los últimos años, esta película es toda una bocanada de aire fresco. No es la película del año, pero yo me lo pasé muy bien, y la recomiendo para los que busquen eso, un wuxia fantástico sin más aspiraciones.